La lámpara de infrarrojos es un instrumento que permite la administración de calor superficial por medio de radiaciones electromagnéticas. Los efectos fisiológicos que producen son: vasodilatación, aumento del trofismo, regeneración celular, liberación de sustancias vasoactivas, hiperemia, analgesia… y guardan relación directa con el tiempo de exposición y la intensidad de aplicación.